Por
Laura Rosso
La
memoria vuelve al tiempo de la infancia, ese territorio que deja su marca indeleble
y atraviesa las fronteras de una tierra-universo donde es posible mover los
bordes y rearticularlos. La trama se hila, los fragmentos se bordan y los retazos
se unen para poner en escena otros mundos que se vuelven visibles. Tal vez,
para reparar cuestiones de la propia biografía, pero también para entender un
mundo en el que no hay respuestas posibles sino narraciones que vienen a
dibujarse de nuevo. Recorrer la obra de Mariana Chiesa se parece a caminar por
mundos (des)conocidos, espiando infancias, cuestionando géneros, evidenciando derechos
vulnerados.
¿Qué
se construye alrededor de los recuerdos? En esta muestra, hay piezas textiles y
estampas en papel trabajadas con el ritmo de las estaciones: se estampa en
verano y se cose en invierno, para escapar del frio y aprovechar el fresco,
para paliar el desamparo y soportar la soledad del monte en su pertinaz intento
por hacerse visible.
La
serie de textiles hilvana recuerdos con seres mutantes, un conejo que salta de
pieza en pieza y muñecas que posiblemente representen los juguetes de la
infancia, ¿depositarios de secretos infantiles? ¿Qué cosas les habrá contado
Mariana de niña? Mundos que se vuelven visibles a través de telas en las que se
tejen sueños, furias y urgencias.
Hay
un llamado profundo a la lucha y a la resistencia que convive en la obra de
Mariana e invita a indagar en mitos, imaginerías y carnavales. El gusto por lo
textil, por la costura y el bordado -herencia de una tradición familiar
retomada por su abuelo materno- se hace presente en la serie “Almazuelas
migrantes”, donde la posibilidad de agujerear la tela y unir retazos también rinde
homenaje a ese carácter íntimo y doméstico, ligado a la producción de las
mujeres de su familia.
La
serie de xilografías y serigrafías “Furia de filo”, invita a la reflexión e
invoca mestizajes. En forma de manifiestos poéticos y visuales, texto e imagen
conviven y conversan armando una especie de libro-mural imaginado. Las guerras
y sus consecuencias, las migraciones en masa, la condición de refugiado o
exiliado, la violencia hacia las mujeres, enumeran una necesidad de contar, una
toma de conciencia que provoca un temblor.
Y
como el hilván de la costurera de la memoria, cada pieza flamea, poderosa, para
componer un todo de mundos dispares.
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